sábado, 13 de junio de 2009

POR DONDE PASABAN LAS MERINAS...

Fotografía Fondo Colectivo Cultural Chinato (Arquitectura popular)

Según estaba anunciado, el viernes 12 de junio se llevó a cabo la última tertulia del Club de Lectura de la Biblioteca José Canelo de nuestro pueblo, Malpartida de Plasencia. Nos desplazamos a la casa de Marisol, al lado del Cordel y cerca del Horco del Espino. La tarde excesivamente calurosa no arredró a las fieles lectoras y a los dos lectores que con ellas disfrutaron de manjares tan ricamente elaborados. Una vez que el sol se puso al otro lado del cerro aledaño, en el porche,fueron degustando la tortilla de espárragos con patatas, la ensalada de pimientos asados, las croquetas, el embutido de la zona, los patés soberbios, el adobado tradicional, el pulpo marino en ensalada, la empanada de calabacín con puerros, etc. Más la bebida refrescante del sabroso gazpacho y la apetitosa y casta sangría. El no va más llegó con los postres: varias tartas a cuál mejor que la anterior, es decir, todas exquisitas. Qué podríamos añadir de las yemas de Santa Teresa. Ello quiere decir que la lectura también tiene sus compensaciones... Y que las tertulianas tienen buena mano culinaria.
Antes, todo hay que referirlo, había sido comentada la obra que se había programado para la ocasión. El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince, había gustado mucho a los integrantes del grupo, sin excepciones. Con un soporte verbal de gran riqueza, la novela había provocado en todos reacciones positivas. Su contenido, hilvanado con un hilo autobiográfico, y enmarcado en un contexto sociocultural e histórico muy concreto, pone de relieve la importancia que en la vida de las personas desempeñan el auténtico amor, el respeto, la tolerancia y sentimientos y comportamientos afines dentro de la familia. Asimismo, a lo largo del relato se destaca la altura moral de quienes inmolan su vida en defensa de los más desfavorecidos. Este emocionado y sincero homenaje a la figura del padre asesinado veinte años atrás se convierte en un intento de neutralizar el inevitable "olvido que seremos".

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